¿ADICCIÓN A LAS COMPRAS?

La adicción a la compra se define como la deficiencia del control de impulsos que se manifiesta en el afán por efectuar continuamente compras nuevas, en su inmensa mayoría de productos innecesarios o superfluos.  

La adicción a la compra ha recibido especial atención a partir de la década de 1980, cuando se hizo patente un espectacular aumento del número de personas que la padecía.

Existen tres tipos de manifestaciones conductuales de la adicción a la compra, con distinta repercusión en la vida de las personas. Se pueden presentar, conjunta o independientemente y de forma más o menos intensa cada una de ellas.  

La atracción por los estímulos de consumo o adicción a la compra como actividad de ocio. Se trata de la tendencia excesiva e incontrolada a utilizar la compra como actividad de ocio, a menudo de una forma exclusiva y absorbente.

Adicción a la compra y compra compulsiva Por adicción al consumo, se entiende el afán por efectuar continuamente compras nuevas, en su inmensa mayoría de cosas innecesarias o superfluas. El concepto de compra compulsiva se refiere al proceso psíquico por el que muchas personas no son capaces de controlar sus deseos o impulsos y someterlos a la reflexión o la crítica antes de la compra. Por supuesto no todas las compras imprevistas o no planificadas son compras compulsivas.

Falta de autocontrol económico: es la incapacidad constante y grave de ajustar los hábitos de gasto a las posibilidades económicas de cada sujeto.

Se ha estudiado la relación de la adicción a la compra con otros trastornos, especialmente con los depresivos, la ansiedad. También se ha relacionado esta adicción con la baja autoestima y con determinados rasgos de personalidad como la impulsividad, el materialismo y el hedonismo.

Dado que el hecho de que las personas compren más de lo necesario es habitual y aceptado en nuestra sociedad, los comportamientos más excesivos tardan tiempo en ser considerados como patológicos. Por lo general, la adicción a la compra se manifiesta entre los 20-30 años, pero no suele detectarse hasta que, años después, esta adicción ha llevado a quien la padece a una situación de quiebra económica, por la acumulación de deudas, y, sin embargo no es capaz de cambiar su comportamiento. En el afrontamiento del problema suelen presentarse dos fases. En la primera el propio entorno del sujeto, los servicios sanitarios de atención primaria, las organizaciones de consumidores u otras entidades, son las que detectan el problema y tratan de solucionarlo. Cuando, por la gravedad del caso, o por la existencia de otros trastornos asociados, no es posible solventarlo, intervienen profesionales especializados, habitualmente psicólogos o psiquiatras.

¿Cuándo se compra?: Conocer las situaciones que predisponen al sujeto a la compra compulsiva se puede modificar el comportamiento, actuando especialmente sobre esas circunstancias o estados.

¿Qué se compra?: Conocer cuál es el tipo de productos hacía los que el consumidor dirige sus compras excesivas, nos va a dar pistas muy importantes sobre el trasfondo del problema. Por ejemplo, el exceso de compras relacionadas con la apariencia física puede indicar problemas de autoestima o de valoración de la propia imagen.

Formas de pago y de control económico: es una cuestión esencial, ya que los problemas de adicción a la compra suelen estar están asociados con el uso excesivo de tarjetas y otros instrumentos de créditos. Por ello es fundamental conocer los instrumentos de pago utilizados.

La inclusión de este problema dentro de los trastornos “obsesivo-compulsivo”, y su relación con la depresión, ha conducido a utilizar determinados fármacos antidepresivos para su tratamiento, evidenciándose, en algunos casos, buenos resultados. Dentro de los medicamentos antidepresivos, se ha prestado especial atención a aquellos que cuyo efecto se relaciona con un neurotransmisor cerebral, la serotonina.

En el tratamiento de la adicción a la compra no se puede pretender apartar a quién lo padece de la conducta a la que es adicto (la compra)sino que debe ser capaz de enfrentarse a los estímulos consumistas que le rodean (tiendas, escaparates, publicidad), manteniendo el autocontrol. Por ello, las técnicas psicológicas más empleadas son de tipo conductista, especialmente las de control de estímulos y prevención de respuesta.

Control de la exposición a los estímulos y prevención de respuesta Frente a los problemas que, como la adicción a la compra, se manifiesta por la impulsividad y la pérdida de control ante determinados estímulos, una de las alternativas terapéuticas más obvias es evitar la exposición a esos estímulos. Este principio es tan elemental que los consumidores que intentan enfrentarse a la compra compulsiva o al gasto excesivo, suelen empezar empleando estos procedimientos: no pasean por calles donde hay tiendas, evitan mirar los catálogos de ofertas o de ventas por correo, no entran en comercios, etc. Para los adictos al consumo es más fácil limitar su “exposición” a los estímulos de consumo, que tratar de vencer su influencia una vez que se encuentran frente a ellos.

Técnicas de modificación de respuesta. Tratan de eliminar las respuestas impulsivas o inapropiadas a los estímulos, consiguiendo que el sujeto aprenda otras respuestas alternativas. Una estrategia muy habitual es llevar a cabo una exposición intensa y prolongada a los estímulos, impidiendo la respuesta que se quiere evitar, en este caso la compra compulsiva..

En el tratamiento de la adicción al consumo, resulta muchas veces de gran utilidad que otras personas, generalmente amigos, familiares, o técnicos en consumo, intervengan para ayudar al adicto a controlar sus gastos y evitar los comportamientos impulsivos. A menudo, el adicto tiene que aceptar que, hasta que recupere el autocontrol, sus cuentas, sus tarjetas, y toda su economía sea supervisada por otra persona que se convierte en “tutor voluntario”. Es posible que tenga que aceptar también no ir solo a centros comerciales y otro tipo de limitaciones, incluso, de naturaleza jurídica.

Las técnicas de autorregistro se basan en que la propia persona apunte las actividades que realiza para, posteriormente, poder recordarlas y analizarlas. Puede ir desde una simple contabilidad personal de ingresos y gastos, en los casos más leves de simple descontrol económico, a un diario detallado de acontecimientos y estados de ánimo para los casos más graves de adicto al consumo. En este último caso sirve para obtener claves sobre la conducta que pasarían desapercibidos al propio sujeto y, además, es un medio terapéutico en sí mismo que ayuda a comprender y reflexionar sobre su comportamiento a la persona que lo realiza. La eficacia de esta técnica en la adicción al consumo y para el autocontrol del endeudamiento y el gasto impulsivo es tan clara que, de una u otra forma, suele incluirse en todos los programas de tratamiento.

De forma similar a otras adicciones, se han llevado a cabo experiencias de terapia de grupos y grupos de autoayuda, siguiente un modelo similar al que se desarrolla en otras adicciones.

¡Esto no es todo amig@!

Ya sabes que puedes contar conmigo para todo, cuéntame tus ideas y preocupaciones, cuéntame todo eso que hoy por hoy te quita el sueño. Te aseguro que solo con contárselo a alguien que sabes que no te va a juzgar, solo con eso, te vas a sentir liberada.

Con el problema económico y sanitario, la adicción a las compras ha menguado bastante a nivel de tiendas físicas pero ha crecido en el mercado online. Y, es precisamente ahora cuando (como en cualquier adicción) tendemos a gastar nuestro tiempo libre gastando dinero y mas dinero en cosas que, realmente no nos hacen falta.

A veces gastamos mucho dinero, incluso mas de lo que tenemos. Aquí podemos hablar de psicopatologias.

Puedes ponerte en contacto conmigo a través de:

Mi web: http://www.psicologiasinlimtacionesonline.com >>>

Por teléfono o whassapp: +34 679 26 57 85 >>>

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¡DA EL PASO Y ATRÉVETE! Todos tenemos problemas y eres muy valiente en pedir ayuda ante una serie de preocupaciones que no sabes como resolver.

Por favor, no soluciones tus problemas y preocupaciones con medicamentos ansiolíticos. Lo único que harás es añadir un problema más a los que tú ya tienes.

Y ahora te pregunto ¿HABLAMOS?

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