
La inteligencia se ha definido de muchas maneras, incluyendo: la capacidad de lógica, comprensión, autoconciencia, aprendizaje, conocimiento emocional, razonamiento, planificación, creatividad, pensamiento crítico y resolución de problemas. En términos más generales, se puede describir como la capacidad de percibir o inferir información, y retenerla como conocimiento para aplicarlo a comportamientos adaptativos dentro de un entorno o contexto.

La inteligencia se estudia con mayor frecuencia en humanos y evoluciona y cambia con la edad. Los niños, jóvenes y adultos tienen su propia escala de inteligencia, en cuanto a los mayores, se habla de deterioro de sus escalas cognitivas.

La escala típica para medir la inteligencia es la prueba de Weschler: WAIS para adultos; WISC para jóvenes y WPPSI para preescolares.

Algunas pruebas del WAIS para adultos como la prueba de cubos que miden la capacidad manipulativa e inteligencia general, la prueba de semejanzas que miden la capacidad de abstracción desde un nivel concreto a uno más abstracto, prueba de vocabulario, etc.

Por lo tanto, los índices del WAIS comprenden la comprensión verbal, el razonamiento perceptual, la memoria de trabajo y la velocidad de procesamiento.
Globalmente, podemos entender la inteligencia como una capacidad mental (como la creatividad por ejemplo) que puede ser entendida de manera diferente, aun estando las diversas concepciones conectadas entre ellas.

Por un lado , la inteligencia Natural o inteligencia A, es una disposición biológica e innata del individuo que constituiría el núcleo básico de la inteligencia.

Por otro lado, la inteligencia Social o inteligencia B, cotidiana, observable a partir del comportamiento.

Finalmente, la tercera concepción haría referencia a una inteligencia Psicométrica o inteligencia C, investigada a partir de su evaluación con test psicológicos. A esta medida se le llama CI, se trata de un estimador parcial de la capacidad.

Por lo tanto, podemos visualizar la inteligencia Natural (A) y la Psicométrica (C) como componentes de la inteligencia Práctica o B, siendo l’A la base disposicional y siendo la C la operativización en términos de rendimiento.
Dada la generalidad del concepto inteligencia es conveniente familiarizarse con términos como capacidad, aptitud, habilidad, destreza.

La capacidad es un concepto genérico que designa la potencialidad para realizar una conducta en términos de eficacia y nivel de ejecución. La capacidad y aptitud son conceptos similares, disposiciones en alguna medida innatas, las cuales ejecutan un comportamiento adaptativo. La aptitud tiene un significado más específico.

Habilidad y destreza son conocimientos prácticos y técnicos adquiridos mediante el aprendizaje, el entrenamiento y la práctica. Cuando estos se han centrado en materias o tascas muy específicas, se dice que han desarrollado una competencia específica, o que una persona es competente en un área determinada. Es evaluada en términos de rendimiento o ejecución.

El rendimiento es una determinada tarea que se verá mediatizada tanto por la disposición innata (capacidad) como por los grados de destreza en la materia. El rendimiento y la ejecución son el nivel de obtención de resultados (aciertos) en una tarea.

La psicometría es la disciplina que se encarga de las mediciones psicológicas. Los primeros trabajos de psicometría surgieron para evaluar la inteligencia mediante diversos test cuya aplicación permitía estimar el cociente intelectual de los individuos, una medida que se suponía aproximada al concepto de la inteligencia. Los criterios de cientificidad más extendidos en psicometría para la aceptación de los tests de inteligencia son la fiabilidad y la validez, medidas obtenidas generalmente a través de técnicas estadísticas basadas en la correlación, como el análisis factorial o la regresión lineal.
Algunos de estos test ofrecen una única medida, un «factor general de inteligencia«, (o Factor G en términos de la Teoría bifactorial de Charles Spearman) que se determina comparando el rendimiento del sujeto con el obtenido por su grupo de referencia, en condiciones similares. Otros tests, sin embargo, están diseñados bajo un marco teórico diferente, y en consecuencia permiten la estimación de varias medidas independientes correspondientes a los distintos tipos de inteligencia.

El cociente intelectual o cociente de inteligencia —abreviado CI; IQ en inglés— es la relación entre la inteligencia de un individuo medida con un test de inteligencia y la inteligencia media cronológica, es decir, la esperable por su edad.

Con la finalidad de hallar un método de correlacionar la edad mental con la edad cronológica William Stern (1912) formuló el cociente intelectual. Esta nueva medida de la inteligencia consistía en la división entre la edad mental y la edad cronológica multiplicada por 100. El valor 100 obtenido cuando ambas coinciden representa el nivel normal de inteligencia.

Los primeros test de inteligencia los realizaron Alfred Binet y Théodore Simon en 1905, y tres años después aparecieron las primeras escalas de inteligencia destinadas a evaluar a niños de entre tres y doce años. Fue en el informe de 1908 donde introdujeron formalmente el concepto de «edad mental», enumerando específicamente los tres a ocho ítems que podían pasar la mayoría de los niños de cada nivel de edad. En los años 30 David Wechsler lo adaptó a otros grupos de edad.
En el marco de la Teoría de la evolución, para que cualquier rasgo o característica se mantenga y se desarrolle ha de otorgar alguna ventaja a los individuos que la presentan.
En el caso de la inteligencia referida al ser humano, hay varias teorías que pretenden explicar el proceso

La pedagogía es la ciencia que estudia la educación humana y elabora técnicas que faciliten el aprendizaje; los pedagogos muestran gran interés en los diferentes aspectos relacionados con la inteligencia y sus factores condicionantes, tanto psicológicos y biológicos como socio-culturales. Algunos de estos condicionantes son:

- Factores hereditarios: el carácter hereditario no significa una relación lineal ni que se encuentre predeterminado. La combinación de genes ofrece multitud de posibilidades. Estudios realizados con gemelos idénticos (monocigóticos) y mellizos (dicigóticos) ayudan a establecer estas diferencias. Es un factor más, no determinante.

- Otros factores biológicos: la migración de mayor densidad de neuronas especializadas en almacenar conocimiento, desde el tronco encefálico hacia la corteza cerebral, crea conexiones sinápticas más entrelazadas en los primeros meses de vida.

- Factores ambientales: el entorno del individuo es crucial para el desarrollo de la inteligencia; situaciones muy opresivas pueden limitarla al generar inestabilidad emocional. El medio sociocultural es muy importante en el desarrollo intelectual de un individuo. Un sujeto que se desarrolle en un ambiente con adecuados estímulos cognitivos puede desarrollar mayores aptitudes intelectuales frente a un sujeto que se críe en un ambiente con pobreza de estímulos.
- Educación: una educación esmerada puede proporcionar valiosas herramientas para desenvolverse.
- Motivación: un individuo puede desarrollar mejor su inteligencia si es motivado por su familia o personas de su en torno a mejorar su percepción cognitiva.
- Hábitos saludables: una dieta sana genera mejores condiciones para desarrollarse. Dormir adecuadamente facilita el desarrollo de los procesos cerebrales. El alcohol y otras drogas pueden llegar a incapacitar al individuo.

¡Esto no es todo amig@ mio!
Seguro que hoy tienes un montón de pensamientos, sentimientos u obsesiones que no te dejan dormir. Te levantas día a dia angustiado tal vez porque no sabemos que sucedera en cada instante. Aquello que, hasta hace un año, lo teniamos como algo normal, el hecho de salir de casa a la hora que queramos, ver un amanecer por ejemplo, hoy por hoy lo tenemos prohibido.
Tu día a día se esta convirtiendo en un agobio y, la verdad es que no sabes como gestionar toda esta sobreinformacion que nos llega a traves de los distintos medios de comunicación. Lo que ayer era blanco hoy es negro. Hasta hace 15 días las mascarillas quirúrgicas nos protegian del COVID, hoy necesitamos las FFP2. Por supuesto, todo nos satura y nos acarrea un presupuesto en mascarillas que hay mucha gente que no dispone.
Todo esto nos pasa a todos no solo a ti, o a ti, o a ti. Pero lo importante es saber como gestionar esos pensamientos, emociones o sentimientos para que nuestro día a día sea lo mas «normal» posible. Por ello te propongo que te pongas en contacto conmigo a traves de estas vías:
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