PREVENCIÓN DE SUICIDIOS

Prevención del suicidio es un término paraguas para los esfuerzos colectivos de organizaciones locales, profesionales de la salud y relacionados, para reducir la incidencia del suicidio en nuestra sociedad.

Más allá de las intervenciones que permiten parar un intento de suicidio, los métodos también incluyen el tratamiento de síntomas psico-sociológicos de desórdenes depresivos, la mejora de estrategias de afrontamiento de personas que, de otra forma, considerarían suicidarse, la reducción de la prevalencia de condiciones que constituyen factores de riesgo y la oferta de esperanza de una vida mejor para las personas que lo necesitan.

Los esfuerzos incluyen medidas preventivas y proactivas en los ámbitos de la medicina y la salud mental, así como la salud pública, entre otros campos.

Como los factores de protección y los factores de riesgo aparentemente desempeñan papeles significativos en la prevención, no se puede contemplar el suicidio solamente desde la perspectiva médica o de salud mental. Los factores de protección, como el apoyo social y el compromiso social, son las circunstancias positivas y los recursos personales y sociales que aumentan la resiliencia y reducen la probabilidad de suicidio y otros comportamientos de alto riesgo relacionados. La prevención del suicidio presenta riesgos para los profesionales de la salud en lo que se refiere a sufrimiento emocional por sus pacientes y la posibilidad de demandas judiciales por mala praxis.

Conocer las señales de alerta puede permitir que quienes las adviertan en una persona le faciliten ayuda.

Entre dichas señales pueden citarse: 1.-Ideación suicida: pensar, hablar o escribir sobre el suicidio, 2.- Hacer planes para suicidarse, 3.- Abuso de drogas, 4.- Falta de propósitos vitales, 5.- Preocupación, agitación e incapacidad para dormir, 6.- Sensación de estar atrapado, 7.- Desesperanza, 8.- Apartamiento de los amigos, la familia o la sociedad, 9.- Enfado, rabia o búsqueda de venganza, 10.- Temeridad e impulsividad, 11.- Cambios bruscos de humor, 12.- Depresión y 13.- Sensación de inutilidad.

Además, el Instituto de Salud Mental de Estados Unidos incluye la sensación de ser un estorbo, el aumento de la ingesta de drogas y los fuertes dolores —tanto físicos como emocionales— como señales de que alguien puede intentar suicidarse.​

Se han desarrollado muchos métodos para prevenir el suicidio. Entre ellos se cuentan conversaciones directas con las personas en riesgo, cribado, reducción del acceso a medios letales e intervención social. La medicación con litio puede reducir el riesgo en ciertas situaciones. Las charlas terapéuticas, ​ incluidas las telefónicas, también pueden ayudar.

Una forma eficaz de valorar los pensamientos suicidas es que un experto hable directamente con la persona que los tiene, le pregunte sobre depresión y valore sus planes de suicidio y cuándo y cómo podría intentarlo. ​ Contrariamente a lo que se piensa, hablar del suicidio no da ideas. Sin embargo debe hacerse con cuidado, preocupación y compasión. La táctica es reducir la tristeza y asegurar que a otra gente le importa la persona que está triste. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja no decir que todo se arreglará, ni minimizar los problemas presentes, ni dar falsas esperanzas sobre asuntos serios. ​ La conversación debería ser gradual y tener lugar solo cuando la persona esté dispuesta a hablar de sus sentimientos. Se postula el modelo ÍCARO (personaje mitológico que fue el primero que supuestamente voló, ICARE por sus siglas en inglés, que también significan «A mí sí me importas»): Identificar el pensamiento, Conectar con él, Atribuirle pruebas, Reestructurar el pensamiento y Organizar la expresión de sentimientos a partir del pensamiento reestructurado.

Esta reducción de las posibilidades que una persona tiene a su alcance para matarse es un importante componente de la prevención del suicidio.​ También se denomina «restricción de medios».

Los investigadores y quienes formulan políticas sanitarias han teorizado y demostrado que la restricción de medios puede reducir los índices de suicidio, porque dificulta la acción durante el episodio de depresión, pasado el cual disminuye el riesgo.​ También hay pruebas significativas de que restringir el acceso a puntos de atracción para suicidas, como puentes y acantilados, reduce los suicidios, mientras que otras intervenciones como colocar carteles o aumentar la vigilancia en estos sitios parecen ser menos eficaces.​ Uno de los más famosos ejemplos de restricción de medios es el del gas ciudad en el Reino Unido. Hasta los años 1950, el método de suicidio más común en ese país era respirar intencionadamente el gas de la cocina, que tenía un alto porcentaje de monóxido de carbono, muy tóxico. En 1958 se empezó a sustituir el gas ciudad por gas natural (virtualmente libre de monóxido de carbono) y durante la siguiente década el número de suicidios bajó, lo que se debió enteramente al brusco descenso de los envenenamientos intencionados con monóxido de carbono.

La post-prevención es un neologismo formado sustituyendo el prefijo pre- de prevención por pos, y significa, una vez que el daño ya está hecho, intentar que afecte lo menos posible. Es un término empleado solamente en suicidiología. Cada suicidio consumado afecta a un mínimo de 6 personas. La posvención se aplica a las personas afectadas por el suicidio de un individuo. Esta intervención facilita el duelo, reduce la culpa y la preocupación, y disminuye los efectos del trauma.

Se promueve una adecuada aflicción para conseguir una catarsis y apoyar las capacidades adaptativas antes de intervenir para atajar la depresión (la cuarta fase de un proceso normal de duelo) y otros desórdenes psiquiátricos. También se proporciona posvención para minimizar el riesgo de suicidios imitativos, pero falta un protocolo estándar basado en evidencias. Sin embargo el objetivo general del especialista en salud mental es disminuir la probabilidad de que otros copien el comportamiento suicida del fallecido como estrategia para lidiar con la adversidad.

La planificación del afrontamiento es una intervención innovadora basada en fortalezas que intenta satisfacer las necesidades de las personas que buscan ayuda, entre ellas las que padecen ideaciones suicidas. Al analizar por qué alguien pide ayuda, la valoración y gestión de riesgos se queda en lo que necesita esa persona, y la valoración de necesidades se centra en las necesidades de esa persona.5455​ La prevención del suicidio basada en la planificación del afrontamiento se apoya en las estrategias de afrontamiento.

El afrontamiento se considera una respuesta humana normal y universal ante emociones desagradables. Las posibles intervenciones van desde la baja intensidad (por ejemplo autoconsuelo) hasta la alta (por ejemplo terapia con un profesional de la salud mental). Planificando el afrontamiento se apoya socialmente a las personas con distrés y se les proporciona resiliencia y un sentimiento de pertenencia. ​ La planificación proactiva del afrontamiento supera las implicaciones del fallo al intentar suprimir conscientemente determinados pensamientos. El modelo biopsicosocial​ para enseñar un afrontamiento saludable mejora la regulación emocional y disminuye los recuerdos de emociones desagradables.​ Una buena planificación del afrontamiento reduce estratégicamente la ceguera por falta de atención de una persona a la vez que desarrolla su resiliencia y sus capacidades de autorregulación.

Existen muchas organizaciones sin ánimo de lucro, como el Teléfono de la Esperanza, que sirven para las personas que necesitan hablar con alguien. El primer programa documentado para la prevención del suicidio se inició en 1906, a la vez en Nueva York y Londres, por la Liga Nacional Salva Una Vida y el departamento de prevención de suicidios del Ejército de Salvación,​ respectivamente.

¡Esto no es todo amig@!

¿Alguna vez se te ha pasado por la cabeza quitarte de en medio? Tú no eres la unica persona que, en un momento determinado, lo ha pensado. Tal vez tengas a alguien cercano que por causa de esta pandemia tiene pensamientos suicidas y con ello una muy baja autoestima y depresión.

Esta situación de crisis sanitaria y económica nos deja una incertidumbre hacia que pasará mañana que antes no teniamos. Nos acecha una sensacion de inseguridad que da lugar a miedos y a la propia ansiedad.

La verdad es que a tod@s nos cuesta levantarnos de la cama por la mañana, quizas tu negocio se ha ido a piqué, estas continuamente preocupad@ por no contagiarte………….mil pensamientos pasan por tu cabeza en tu día a dia.

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